domingo, 31 de julio de 2011

HASTA EL CULO DE PLATÓN

Ayer vi una exposición. A veces me gusta hacer ciertas cosas. Ver exposiciones, acudir a salas de arte, museos, fingir que lo entiendo todo y, de alguna extraña manera, terminar por entenderlo o, al menos, creer hacerlo. La exposición era de la obra fotográfica de un tipo llamado Miroslav Tichý. Para quienes lo conozcan, no diré nada porque, a buen seguro, sabrán más que yo, pero para quienes no, diré que es un tipo extraño, con un síndrome de Diógenes acusado, que fue capaz de vehiculizar su "basura" construyendo sus propias cámaras fotográficas, sus propios objetivos y su propia vida. El viejo loco del abrigo viejo que no comía animales por el respeto que les debía a sus hermanas las ratas -y a todos los demás-, había sobrevivido al comunismo más feroz y a 8 años de cárcel, y lo había hecho secuestrando culos de mujeres en sus cámaras oscuras. Más de cien por día, decían. Fotos, no mujeres. O fotos y mujeres, da igual. Porque, aunque la mujer que estaba guiando la visita decía que la mujer para Tichý era más un icono de belleza teórico que un fetiche, lo cierto es que la obsesión de aquel tipo por los culos femeninos traspasaba todo ideal de belleza platónica. Ni que decir tiene que, mientras la guía estaba diciendo esto, yo estaba mirando su culo -el de la guía, quiero decir-, por cerciorarme, después de todo, de si ese culo, el suyo, se trataba de un culo digno de ser fotografiado y, por ende, de ser mostrado, de ser expuesto, de ser compartido y calificado, a posteriori, como "icono de belleza ideal", "representación idílica de la belleza" o cualquier otra soplapollez parecida. Finalmente concluí en que no. Y lo sentí por ella, porque quizás le hubiese gustado que su culo formara parte de algo grande, pero así están las cosas. El mío, de momento, tampoco se ha perpetuado.
 
Que la mujer ha sido, que ha venido siendo objetualizada a lo largo de la historia (del arte, de la literatura, de X, de Y, de Z...) lo sabemos todxs. Pero ahora parece que nos sobrecoge una especie de feminismo pseudo progre o femi(ci)nismo, (como dice Lady Aguafiestington) y tenemos que entrar en el juego de la simulación, de la sustitución, del eufemismo sangrante y feroz que supone no sólo no llamar a las cosas por su nombre, sino el cambio completo de signinifcado que muchas veces supone el hecho de que el nuevo nombre diste tanto del originario, que el significado del referente sea prácticamente otro. 

No pasa nada por decir que el bueno de Tichý proyectaba una mirada absolutamente voyeur en los cuerpos femeninos. Una mirada que diseccionaba los cuerpos desde la distancia, que los tocaba, los sobeteaba y los lamía desde lejos, desde el deseo del que se sabe a años luz de su objeto deseando. No pasa nada porque un artista plasme lo peor que hay en él en su obra, o lo segundo peor, o ni siquiera peor, simplemente algo mediocre, algo mundano, vulgar, cutre, hasta obsceno, y se eleve de pronto a la categoría de arte. No pasa nada por que el fotógrafo viole con el ojo a la mujer. Y, sobre todo, no sé qué degrada más a la mujer, si ser devenida en puta callejera de culo prieto o ser devenida en santa idealizada dadora de belleza. Porque, al fin y al cabo, en niguno de los casos la mujer es el actante, en ninguno de los casos la mujer decide nada, deviene nada. 

El arte es arte, y pretender imprimir en él consignas políticamente correctas me parece, además de una gilipollez, de muy mal gusto. No soy unx expertx, pero me han gustado las fotos de este chiflado. Sus fotos y las pajas que, probablemente, se hacía con ellas -tanta imperfección impresa no puede venir sólo de "corridas" de tinta-. Su mirada clara salpicando culos femeninos, sus manos sucias sobre tetas anónimas impresas. Su violación, constante violación a lo no violado, a lo no hecho, a lo no escrito. Su modo de plasmar el delito en la ausencia del delito. Se puede ser artista y pajillerx, y todo a la vez, y muchas más cosas, y nada en absoluto. 

Y si yo fuese la chica que hace la visita guiada, o mejor, si yo fuese quien ha escrito el texto que tan bien reproduce esa chica que hace la visita guiada (probablemente un hombre, con mirada de hombre y polla de hombre) intentaría buscar el fuego de los dioses más allá de las cajas de cerillas. 
Es más, si yo fuese la chica que hace la visita guiada, ya habría cogido prestada una de esas cámaras hechas con cartón y plexiglás y andaría por el mundo robando con luz culitos de hombre para -de gustarme- (de)venirme en ellos salpicándolos de poder mojado y vengar con arte, en el arte, todo rastro ideal de belleza iconográfica, firmando cada obra con un "hastaelculodeplatón".

lunes, 25 de julio de 2011

EL GÉNERO DE LOS DELANTALES

Detrás de los delantales siempre hay gente. Esto ya lo sabía, claro. Pero no. No me refiero a que haya gente detrás de un modo físico, a que haya gente con cintura y todo eso, a la que anudarlo, sino gente diseñando delantales, concibiendo delantales, creando, en definitiva, telas destinadas, en principio, a protegernos de la grasa, de la suciedad, de la salpicadura, de la mancha, cuando cocinamos, limpiamos, reparamos, desatascamos, pintamos y, general, cuando hacemos cualquier actividad en la que la posibilidad de mancharse vaya implícita. 

Y en esto pensaba yo el otro día cuando, paseando por las calles turísticas de un pequeño y túrístico pueblo francés y fronterizo, me topé con estos, llamémosles "inofensivos" y bonitos delantales en una de esas tiendas que sacan en verano el género -valga la redundancia- a la calle, haciendo que el mundo tenga, en definitiva, mucha mejor pinta. Claro que, a veces el mundo es un gran pequeño hijo de puta y proxeneta, y se guarda las salidas de tiesto y los cortes de mangas para los bordados y las costuras. Y eso es lo que pasó esta vez. 

Los delantales idénticos, los colores idénticos; idénticas tallas, idénticas líneas de idénticos colores y tamaños; idéntica textura. Todo idéntico, en definitiva, menos la identidad. El pequeño gran hijo de puta y proxeneta que a veces es el mundo, cocina como su madre y hace bricolaje como su padre. La pequeña mente culpable que diseña cuisine para coños y bricole para pollas de idénticos colores, es tan culpable que no tiene la culpa. Sólo reproduce los dictados, muestra las identidades, siempre idénticas, del silencioso carnicero binarista que el género, el rol de género, el ministerio de género, la violencia del género, la guerra de género, lo degenerado que detrás del género -mi mamá cocina, mi papá construye- se esconde confundiéndonos en telas iguales, de colores idénticos, idénticas tallas e idénticas texturas. Je cuisine comme Mamy/ Je bricole comme Papa. Yo también tengo la culpa. Porque lo veo y lo fotografío, pero no hay culpables. Sigue sin haber cumpables, o responsables, o padres o madres o lo que sea de este mundo que es un gran delantal obceno que chorrea obscenidades a la altura de los pubis de todxs lxs que somos, a un tiempo, víctimas y verdugos, como mamá y papá, de un mundo, pequeño gran hijo de puta y proxeneta, que apresa al género y lo ceba, engordándolo hasta que revienta y se hace dos, como una pequeña oca torturada a base de hígado de mundo enfermo y quebradizo; criadero de pequeñxs monstruos, todxs nosotrxs, cooperantes, a su vez, y portadores, de este puto cisma genital que nunca acaba, y que nos convierte en otrxs todo el tiempo para hacernos encajar, a fuerza bruta, delantal en mano, en lo que se supone que somos. 

Pensaba en ello, ahora que he vuelto a ver esa fotografía de hace un par de semanas. Ahora que las niñas noséqué y los niños cualquierotracosaestúpida. Idénticos colores, eso sí. Y texturas. Idénticas texturas también. La textura es importante, porque no hay que caer en el sexismo. No, por favor, sexismo no. Sexismo caca. Je cuisine comme Mamy. Somos modernos y modernas. No modernxs. Eso no. Modernxs nunca. El sexismo es malo y no nos lleva a ninguna parte, pero Je bricole comme Papa. Porque los hombres de hoy, los hombres modernos, también llevan delantal para hacer sus cosas de hombres. Je cuisine comme, Je bricole comme. Sexismo y machismo, cuisine, bricole, quién quiere oír hablar de ello. 

Y así las cosas, a veces es mejor mancharse y dejar que la grasa escurra, que la mugre escurra y desdibuje, redentora, las líneas pacatas pero violentas, pueriles pero sibilinas que separan determinados verbos de determinadas personas; determinadas acciones de determinados pubis; determinadxs niñxs de determinadxs niñxs. "Mancha la tinta tanto como el semen", decía Ángel González. Pues eso. Emborronemos esto a chorrazo limpio. A base de fluido vaginal, de líquido prostático y tinta a inyección. Squirting, cumming, cartucho negro y cartucho a color, y mientras follamos y escribimos, solxs o acompañadxs, cocinemos elaborados platos y construyamos bonitas mesillas auxiliares siendo padres a un tiempo y madres, sacando cosas en claro, viendo la luz a través de los lamparones de este pequeño mundo pendenciero, hijo de todxs nosotrxs.

lunes, 18 de julio de 2011

Como si Cortázar no existiera

No puede ser que lea los periódicos. No puede ser. Que lea los periódicos, que siga leyendo los periódicos, por más que me lo tenga dicho, por más que me lo tenga advertido el photoshop de las portadas de La Razón; por más que me lo haya enseñado, a hostiazo limpio, el dudosísimo gusto de Pedro J en lencería; y por más prisa que huir de Prisa y de sus etcéteras me diera, parece que no aprendo, y sigo por la senda de los diarios de la mañana como si no supiera quién es Cortázar. O peor: como si Cortázar no existiera.

Vivir como si Cortázar no existiera es jodido. Vivir leyendo la prensa diaria es aún peor. O, bueno, no sé. Ahí ahí. Me cuesta decantarme entre lo mismo y lo contrario, en este caso. Porque leer la prensa supone encontrarte cosas de las que no siempre puedes deshacerte. Es algo así como hacer la anticompra, porque te llevas para casa, cosas que no sólo no necesitas, sino que, además, te sobran, te vienen mal, te incomodan, te violentan, te inoportunan y te obligan a buscar sinónimos todo el tiempo. Al principio no se nota, pero tras unos cuantos telediarios y unas semanitas leyendo cualquier noticiero mainstream, los resultados empiezan a ser evidentes, y a unx ya no le chirría que aparezcan en el mismo pliego, otra vez, lo mismo y lo contrario, como digo, noticias que se dan de hostias, mundos que se dan de hostias, que son el  mundo y que son el mismo, los mismos, a sí mismos, y sus contrarios. 

No puede ser que "Suspendido el fallo del premio nacional de cine por incumplir el jurado con la paridad", y unas cuantas entradillas más allá "Derecho de pernada" y "Ministras en bikini". No puede ser. No puede ser que Cortázar no exista, y no puede ser que, de ser así, haya algún rastro de rayuelas, de Cronopios o de famas. Pero a veces sucede que sí. A veces sucede que las cosas existen sólo a medias, en cuanto a lo que hay en ellas de otras cosas cualesquiera. Y eso, mira tú por dónde, a veces te lo enseñan los periódicos. Cosas como que la exigencia de la paridad no deja de ser una parida(d) visto como está patio, y su gestión no es más que una vehiculización de la mala conciencia que a veces le coge a esta sociedad heteropatriarcal y profundamente represora con "todoloqueno" encaje en sus "comodiosmanda". Una sociedad cuyas leyes están más al servicio de la calma de conciencia de los sistemas de saber-poder, que de lxs ciudadanxs, que a veces leen el periódico y, a veces, sólo a veces, recuerdan que una vez Cortázar fue real, que una vez rayuelas, cronopios y famas. A veces unx recuerda que "un señor toma el tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo. Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de plaza.".

Diario a Diario, sí, Diario a Diario. Pero puede suceder que tras muchas lecturas de noticieros, unx no sea capaz de continuar la trama, de seguir con el cuento, de llevarle, de seguir llevándole la corriente, por que él también nos la lleve, al bueno de Cortázar. Entonces olvidamos una noticia y recordamos el siguente párrafo. Y eso es algo grande.  Una párrafo por una noticia, qué gran noticia.
            "Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que un muchacho lo ve, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas". 
Entiendo que la anciana también va en busca de Cortázar, porque "luego se lo lleva a su casa y en el camino lo usa para empaquetar medio kilo de acelgas, que es para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis."

A veces unx se acuerda de ciertos diarios para olvidarse de otros diarios. A veces uno se acuerda y se redime, se olvida y se redime y se promete llegar, para la próxima, excitantes metamorfosis, justo al momento de las acelgas.

martes, 12 de julio de 2011

AMÉRICA Y AMÉRICA

   No me pasa siempre, claro, sólo ocurre a veces, ciertas veces, pero cuando oigo algunas cosas, me acuerdo de algunos poemas, y cuando oigo algunos poemas, ciertos poemas, se me olvidan todas las cosas de este mundo. Cuando veo algunas cosas también, pero eso es otra historia. 
Peter Orlovsky y Allen Ginsberg, New York City, 1963

Algunas veces América me recuerda a América y otras, me vacía de recuerdos y me llena de pronósticos. Y no, no me refiero a la América de Obama, sino más bien a la de Ginsberg. A la América de América, te lo he dado todo y ahora no soy nada; A la América de dos dólares y veintisiete centavos. A la de que te jodan a ti y a tu puta bomba atómica. A ésa.  A ésa que se parece tanto a esta otra. A la que asegura haber visto las mejores mentes de su generación destruidas por la locura. A la de Burroughs está en Tánger y no creo que vuelva. Y quiero que vuelva. Claro. Vaya que sí. Pero no va a volver, y saber que no va a volver, y saber que Burroughs está en Tánger y saber, lo cual es aún peor, que ya salíó de Tánger y que, a pesar de eso, no ha regresado todavía. 

Y al final por eso todo son pronósticos destrás de cada vuelta de tuerca, detrás de cada salto de línea. En las efemérides hay siempre algo siniestro. Algo perverso. En los renglores de América está América, claro, quién si no, aullando un aullido atroz mientras dios le da lo suyo a los cuerpos, sudados como cuerpos, sedados como cuerpos, como cuerpos de soldados, sedados y sudados como cuerpos, como cuervos soltados a campar por el augurio de las líneas, y de esas pollas inflamadas asomando bajo batines de seda que tanto le gustaban a Allen Ginsberg. 

Y todos esos que se dejaron dar por el culo por santos motociclistas, todos esos, también están aquí, siendo Ginsberg todo el tiempo; y Cassady, y Burroughs y cualquier otra marica dispuesta a no pagar mordida, a no costearle la mamada lúbrica de un travelo in media res a la harpía tuerta del dólar heterosexual.

No me pasa siempre, ya digo, sólo ocurre a veces, ciertas veces, pero cuando oigo algunas cosas, me acuerdo de algunos poemas, y cuando oigo algunos poemas, ciertos poemas, se me olvidan todas las cosas de este mundo. Cuando veo algunas cosas también, pero eso es otra historia. Por eso, ya lo he decidido: no pienso escribir mi poema, hasta que me sienta lúcidx.

sábado, 2 de julio de 2011

Cosas de maricas

Ir al orgullo es de maricas. Ése es el RT que me he encontrado a media tarde al abrir mi twitter. Para quien no esté familiarizado con el Twiter y no sepa lo que es un RT (retuit), diré que es un mensaje (tuit) escrito por alguien, que otro alguien distinto dedide sobreescribir, escribir de nuevo, como si fuera suyo, pero sin serlo. Como si Teddy Bautista escribiese desde el calabozo las cosas que Alejandro Sanz tuitea desde su casoplón de Miami. 
Pues eso, que he leído ese RT, y no he podido por menos que hacerme eco y retuiterarlo yo también. Algo que pasa, y en menos de 5 segundos, de hacerte mucha gracia a no hacerte gracia en absoluto, merece ser, de nuevo, entregado al mundo, y si es a través de un RT, pues que Diosx salve a Twitter.

Y es que es verdad: ir al orgullo, es de maricas. No por casualidad, el tuit original lo firma una bollera. 
Me llegan galerías de fotos del desfile en tiempo real, vídeos, en tiempo real e, incluso, el propio tiempo real, me llega vía redes 2.0. El desfile del orgullo y la Boda religiosa de Albertx de Mónaco han hecho que el twitter y el Facebook estén hasta arriba de maricas pero, por el momento, ni rastro de otros colectivos de dentro del colectivo. De la ecuación LGTBQI, sólo la G parece despejarse a través de los medios, incluso a través de los medios más marginales, mas rarunos, vaya, cuesta ver Bés, cuesta ver Eles, cuesta ver Tés. No digamos ya, Íes y Cús.
Lxs bisexuales no existen; lxs transexuales mucho menos; las lesbianas ni hablamos; lxs Queer son una banda de rarunxs rompepelotas que leen a Beto Preciado y hacer talleres de cómo ser, a la vez, lo mismo y lo contrario; y, por su parte, los Intersexuales son ese extraño uno, o dos o tres o vaya usted a saber qué minimérrimo tanto por cierto, que tiene equis e íes raras en sus cromosomas sexuales.
 Por eso me hace gracia que el lema de este año sea "Salud e igualdad por derecho", porque ni siquiera en la misma dialéctica de quienes lo reivindican, está presente su reivindicación. Es así. La campaña publicitaria que se ha hecho al hilo del lema de este año está, cómo no, protagonizada por maricas. Los maricas vindican, reivindican, y está muy bien. Los boris izaguirres, los grandes marlascas y los vázquez -jesuses y jorge javieres- no son sólo la imagen de la homosexualidad, sino de toda aquella sexualidad e identidad social que esté al margen de la heterosexualidad y, sinceramente, no es difícil estar al margen de la heterosexualidad, dados los estrechísimos perímetros que rodean a esta, pero tampoco es difícil no ser marica y ser bollera, o bisexual, o transexual o queer o intersexual o cualquier otra cosa. 

 Y es que resulta que, al final, el problema va a resultar por ser otro. Yo ya tenía mis sospechas, pero está claro que ya no hay duda, de que es el patriarcado el que lo ocupa todo, el que lo copa, el que lo rige, el que lo manda, el que lo organiza, el que lo gobierna, por sus cojones y, por más maricas que los maricas sean, no dejan de ser la fuerza mayor en esa ecuación de letras que son las siglas LGTBQI, siglas que deberían representar por igual a todxs aquellxs que, como he dicho, postulan otras sexualidades y otras identidades que se conciben en los márgenes del heteroplatriarcado. 

Me llega, al hilo de la fiesta del orgullo, un vídeo spot bastante bueno, la verdad, sobre la marginación y la invisibilidad a la que se ven sometidas las personas transexuales a causa de la transfobia. El vídeo, de unos 5 minutos, como digo, es estupendo; pero claro, como siempre pasa, como era de esperar, es una transexual y no un transexual quien lo protagoniza. Podréis decir que en este caso es una mujer; que en este caso, no se cumple, pero estaréis equivocados. Una transexual ha convivido con maricas y, hasta que no llevó a acabo su proceso de reasignación de sexo ha sido, en realidad, a ojos de la sociedad, incuso a ojos de su propio colectivo, otro marica más, con lo que, tras la operación de reasignación de sexo, sigue manteniendo ese estatus social que lo hace visible. Adquiere también, es verdad, una serie de handicaps que antes no tenía, por el hecho de ser mujer, pero dentro del mundo LGTBQI, e incluso desde una óptica heterosexual, siempre será más visible que un transexual M to H (mujer a hombre). De eso, no me cabe duda.

Así que, sí, es verdad, el orgullo es de maricas, y como Lady Gaga también, deconstruyo un poco el género y el patriarcado, y me despido, por mis ovariojones queer, con este cover de Lucas Silveira, cantante transexual del grupo queer canadiense the Cliks, para hacer que el orgullo sea, un poco más, cosa de todxs.